miércoles, 9 de junio de 2010

LA RECONVERSION DE LOS DIARIOS: PERIODICOS BAJO DEMANDA

La empresa periodística está viviendo tiempos convulsos y desconcertantes. Convulsos porque la crisis le ha sacudido en el corazón de sus ingresos, la publicidad; y desconcertantes, porque las nuevas tecnologías y los nuevos soportes le están cortando , de momento, el crecimiento de la difusión pagada por el lector.
Ante ello la prueba/error que se produce por descargar los contenidos informativos en los nuevos aparatos que ruedan sobre internet y telefonía móvil puede dar resultados inciertos y costosos para el sector dado que el usuario se ha acostumbrado a no pagar por éstos.
Los aparatos se desarrollan y lanzan al mercado con tanta rapidez que , siguiendo a Stve Jobs, podemos estar en el final de la era del "personal computer" antes de que la prensa, por ejemplo haya sido capaz de rentabilizar sus marcas y contenidos en internet.
Los usuarios no sólo adoptan los nuevos cacharros 3G, 4G, etc.. con rapidez sino que algunos ya los usan para generar sus propias redes de información.
La prensa toma una posición defensiva y a su vez no puede descolgarse de la tecnología. Acude diariamente al kiosco con los mismos métodos que hace 200 años , cuando se creó. Nada ha avanzado en su modelo industrial. Las furgonetas suplieron a las bicicletas y los quioscos a los voceadores . La mecánica de las rotativas ha sido sustituida por tarjetas electrónicas y la velocidad de impresión supera los 80.000 ejemplares hora en el momento actual cuando las tiradas empiezan a disminuir.
Los redactores cambiaron la pluma por la máquina de escribir , primero , y por el pc de Steve Jobs después. Es cierto que ahora en décimas de segundo la red de internet y el móvil les permite trabajar con más documentación y seguridad.
Pero el mensaje llega por los mismos conductos envuelto en un papel que se lanza de madrugada sobre las aceras para que el quiosquero lo recoja cuando abra su punto de venta y, lo malo es que habrá pasado una eternidad entre el momento en que el periodista elaboró la información y el lector la adquirió en el quiosco.
La tierra habrá girado un cuarto de vuelta y las noticias de media humanidad, simplemente, no aparecerán en el periódico de mañana.
Siempre ha sido así , pero ahora se evidencia mucho más.
Y , sin embargo, el papel tiene todavía su recorrido si las empresas periodísticas se liberan del obsolescente proceso productivo e invierten en los buenos contenidos para que sean distribuidos
en diferentes soportes , incluso el diario.
Hay que cambiar la pesada maquinaria industrial por sistemas de transmisión más actualizados. Hay que pensar en la imprenta bajo demanda y en la posibilidad de que el diario pueda ser actualizado en el punto de venta evitando los altísimos costes de la distribución física y de las devoluciones que se producen. Cada día una media de 800.000 diarios que no se venden en nuestro país van a la papelera convenientemente transportados por furgonetas desde el punto de venta a los almacenes de los editores.
Parece absurdo ,en los tiempos en que vivimos, que casi cada diario tenga su planta industrial cuando sería necesario que los editores de prensa se agruparan para disponer de una tecnología de impresión "on demand" común hasta el punto de venta.
No ahorraría, en cambio, en hacer buen periodismo de investigación y de opinión. Siempre habrán lectores para los buenos diarios en papel y aunque éstos se reduzcan , producto de la competencia de los nuevos soportes, serán suficientes los que estén dispuestos a pagar por un periódico y si además se lo pueden ofrecer recién salido de la redacción , como el pan recién horneado mucho mejor y , seguramente, menos costoso.

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