martes, 27 de mayo de 2014

HA FALLADO LA COMUNICACIÓN

Los primeros análisis del PP español sobre sus malos resultados en las elecciones europeas se han centrado en el fallo de "la comunicación y la pedagogía" con los ciudadanos.  El profesor de periodismo Guillermo López García, analiza magníficamente en eldiario.es el papel que pueden haber jugado los medios de comunicación  y los periodistas como correa transmisora de los mensajes de los partidos políticos. Su columna me invita a reflexionar en otro sentido.
Hace tiempo que en nuestro país los mensajeros están malheridos y muchos de los medios para los que trabajan en retroceso. Posiblemente  en estas elecciones no solo se ha quebrado el bipartidismo, y por tanto el establishment político español, sino que también se ha evidenciado el fin del establishment mediático.
Los medios de comunicación generalistas y preponderantes ya acusaron su falta de reflejos ante el movimiento del 15 M y fueron timoratos y reacios a ponerse del lado de los débiles ante los abusos de los financieros y los recortes del gobierno. El "no nos representan" del 15 M también iba dirigido contra esos medios que iban desangrándose poco a poco, y no solo por la crisis económica del sector sino porque iban diezmando su potencial periodístico como absurda salida ante sus graves problemas.
El bipartidismo mediático también se ha acabado. Los medios impresos—donde se sostiene que la gente va a reflexionar sobre las propuestas de los políticos— han perdido más del 50% de sus ventas en los últimos años, tanto los llamados progresistas como los conservadores.
Las nuevas cabeceras digitales y las redes sociales con las que interactúan con sus lectores están abriendo una brecha en el panorama mediático  similar  a la que han abierto los nuevos partidos políticos que han sido apoyados por los votantes.
Muchos tertulianos no son creíbles y no aportan nada al debate ciudadano. La opinión se ha de basar en lo tangible y real y la información debe dejar de practicar el "seguidismo" del poder.
Que no se engañen las empresas mediáticas del establishment: al final les resulta más perjudicial  enviar a los periodistas a las ruedas de prensa sin preguntas que a aquellos medios de comunicación que no comparecen ante los políticos que no quieren responder.
En cuanto al PP y a Rajoy  si no han hecho pedagogía con los ciudadanos será por otros motivos que en esta columna no vienen ahora a cuento. Ellos sabrán, ¿o no?
 





miércoles, 21 de mayo de 2014

EL HUNDIMIENTO DE EL PERIÓDICO

Los periódicos españoles continúan bajando sus ventas en el primer trimestre de este año. La caída es del 8,54%. En diez años han pasado de vender 4,2 millones de ejemplares a 2,3 . Una pérdida de 1,9 millones de ejemplares diarios, según los datos que maneja el observatorio de la prensa de AEDE.
La caída es general, pero no uniforme. Los diarios de mayor tamaño son en general quienes sufren mayores caídas, mientras que la prensa regional tiene un comportamiento desigual pero con descensos algo menos pronunciados.
El record de caídas este año lo ostentan, entre los grandes diarios, El Mundo y El Periódico de Catalunya con un 25% y un 11,5% , respectivamente.
EL Periódico de Catalunya hace diez años vendía  en kiosco y en suscripciones individuales cerca de 140.000 ejemplares y hoy en día declara vender 59.300.
La prensa en Cataluña está  monopolizada por La Vanguardia que le saca, a su hasta ahora competidor, la mayor diferencia de la historia al vender 106.000 ejemplares: un 80% más que El Periódico.
Estos datos se refieren a ventas, no a difusión, porque a esas cantidades ambos rotativos catalanes añaden las ventas en bloque, suscripciones colectivas, ejemplares gratuitos y bonificados. En este capítulo es La Vanguardia quien también lidera "los acuerdos" con empresas e instituciones que hace el que nos la suelan regalar en ferias,congresos, transportes colectivos y en decenas de lugares públicos. En cualquier caso esa difusión total en el rotativo de Godó alcanza los 150.000 ejemplares, mientras que en el de Asensio solo 88.000.
A diferencia del mercado de prensa madrileño en el que conviven 4 rotativos todavía de gran tirada, en Cataluña uno de los dos grandes se está apagando preocupantemente.
El equilibrio que siempre ha habido entre los lectores de un diario más conservador como La Vanguardia y otro de cariz progresista como El Periódico se ha  roto con claridad en favor del primero.
Las causas, amén de las generales del mercado, deberían analizarse con urgencia por el propietario del grupo Zeta. ¿Qué está haciendo El Periódico para haber perdido la confianza de sus lectores? o quizás mejor ¿Qué no está haciendo?



viernes, 16 de mayo de 2014

LIBERTAD DE PRENSA EN ESPAÑA

En la comisión de control al gobierno, Rosa Diez (UPyD) formuló una pregunta al presidente Rajoy: le pedía explicaciones por la situación de deterioro de la libertad de prensa que, según el informe de Freedom House nos baja hasta el puesto 53 de los países del mundo y nos sitúa junto con las islas Solomon, Ghana y Santo Tomé. Diez dijo que en España "hay prensa pública y prensa concertada" y Rajoy le contestó que era injusta con su país diciendo eso: "En España hay más canales de televisión entre públicos y privados que en ningún lugar del mundo, hay  un centenar de diarios, cuarenta de ellos superan los cien mil lectores, decenas de webs , emisoras de radio, etc..", contestó Rajoy.
Diez le replicó que no hablaba de la cantidad sino de la calidad de los medios y que , dada la precariedad de éstos, era posible que la autocensura de los periodistas llevara a que no se recogiera su intervención.
Freedom House es una organización norteamericana, financiada en su mayor parte por el gobierno de los EEUU, que mide la libertad de prensa bajo los parámetros de la legislación de cada país, la situación económica y la política. Cada uno de estos parámetros tienen media docena de criterios que puntúan para situar a cada país en el ranking. Los países se dividen en "libres" "Semi- libres" y "Sin libertad".  Según esta organización estamos entre los primeros.
Al parecer nuestro descenso en el ranking obedece fundamentalmente a tres causas: una legislación cada vez más dura para ejercer la libertad de expresión, la situación de crisis que viven los periodistas y los medios en los que trabajan y la falta de transparencia de la política y de los políticos.
Este termómetro es bastante inexacto, pero marca una cierta tendencia. Al final lo que se desprende de todo ello es que la debilidad económica de los medios y de sus periodistas, frente a un gobierno de mayoría absoluta, genera una presión del poder  y un servilismo hacia él que se evidencia en la información que recibimos.
La portavoz  de UPyD no supo concretarlo y se quedó en el  mero titular de Freedom House. Rajoy, al que la prensa le importa lo justo y tres cuartas partes de ella está a sus pies, se la sacó de encima con facilidad.
Hablamos de un derecho fundamental, el de la libertad de prensa, que existe formalmente en nuestro país, como la ley de la dependencia, las becas de educación o la sanidad gratuita y universal. Todas ellas restringidas desde hace un tiempo.
Lejos estamos de que el gobierno priorice los derechos de los ciudadanos sobre las cada vez más onerosas obligaciones de éstos. Muy lejos de aquella famosa frase del presidente Jefferson que en 1800 dijo preferir "periódicos sin gobierno que gobierno sin periódicos.




martes, 6 de mayo de 2014

PRISA APAGA SU TELEVISIÓN

El apagón televisivo de PRISA está siendo lento y agónico. Tras renunciar a gestionar la Cuatro para integrarse en Mediaset con un porcentaje del 17%,  que acaba de reducirse  al 13% hace menos de un mes cuando vendió  con urgencia un 3,69% por 121 millones de euros; ahora parece que última la venta de Digital Plus a Telefónica (el 56% que ostentaba) por 725 millones de euros. Por el camino cerró CNN Plus y dejó un reguero de pérdidas millonarias en Digital Plus sobre todo por la "guerra del fútbol" con Mediapro.
PRISA, que obtuvo una licencia de pago cuando se privatizaron las televisiones por el gobierno de Felipe González, será al final el único operador de los grandes canales nacionales que acabará con un balance negativo en su aventura televisiva.
Lo que obtendrá PRISA con esas ventas permite la posibilidad de reducir el 30% de su endeudamiento que asciende a más de 3.200 millones y que ha sido refinanciado recientemente por 28 bancos y 17 fondos de inversión a los que se les ha garantizado la devolución de los préstamos con el 17% de las acciones del grupo y con una opción sobre le 75% de Santillana. Hace pocas semanas vendió los sellos editoriales a Random House Mondadori por 72 millones.
El que era el mayor grupo de comuncación español bajará varios escalones buscando un saneamiento de sus finanzas que llevará aparejado una disminución de su potencial multimedia.
Jesús de Polanco, el editor fundador de Prisa fallecido hace siete años, me decía que "había que hacerse grandes para que cuando alguien quisiera comerse su grupo por lo menos le costara una indigestión".
El gran error de hacer una OPA a Telefónica por  la totalidad de las acciones de Sogecable que se valoraron en 3870 millones de euros, meses después del fallecimiento de Polanco, fue el origen de esta crisis y el final de la televisión de PRISA.
La menguante PRISA, al contrario de lo que pensaba su editor, se está haciendo pequeña y poco indigesta para  casi todos, incluso para enfrentarse al poder y al futuro.
Ahora toca esperar el movimiento de Telefónica con su antigua Imagenio, ahora llamada Movistar TV que se convertirá en casi el exlusivista de los sevicios de televisión de pago. Difícil de comérselo.



EL TERCER TESTAMENTO


 He leído esta novela de Chistopher Galt.  Muy recomendable. No sabría definir con seguridad el género literario al que adscribirla, porque si bien conforme avanzaba en su lectura estaba ingresando en un mundo futurista, casi orwelliano, que me atrapaba e inquietaba, por otra parte se me iba haciendo familiar y extrañamente creíble, preocupante.
  El Tercer Testamento tiene todos los elementos para convertirse en un best seller de calidad. Claro que en el mundo del libro tener todos los componentes necesarios para elaborar la receta mágica de las ventas, no asegura que se consiga  la pócima del éxito.
  En cualquier caso creo que es un libro muy bien escrito, trepidante,  que atrapa, y  que no pasará desapercibido para la gran mayoría de sus lectores.
  La ecuación de que el cerebro es a la ciencia  como la fe lo es a la religión puede ser tan engañosa como que lo que vivamos en un futuro ya haya sucedido y que nuestros recuerdos (el pasado) sean una mera falacia.
   Chistopher Galt traza una trama bien documentada donde la ciencia llega a traspasar los límites de la realidad, porque la realidad en la que vivirán todos los protagonistas (y somos todos protagonistas de esta novela) no es una ficción , sino un suceso de visiones, de dejà vus tan verídicos que afectan somáticamente a  sus personajes que deambulan por todo el mundo.
  La etapa de la creación de la inteligencia artificial ya se ha superado y es la emoción artificial la que puede conducirnos a la felicidad, o quizás no sea así. ¿Son realmente programables nuestras emociones? ¿Es realmente cierto que la religión acaba donde empieza la ciencia?
  Difícil explicarlo sin contar el tremendo desenlace de El Tercer Testamento. Se lee de corrido y solo te detienes para asimilar  frases que, como sentencias inapelables, te dejan tocado.
  Como me dejó tocado que, en la solapa de la portada descubriera, tras su lectura, que Cristopher Galt, el autor, no existe. No acerté a encontrar el rastro del gran escritor  anglosajón que se esconde tras ese seudónimo y del que había leído gran parte de su obra.
  Llegué a pensar que la propia lectura de esta novela era una visión: un dejà vu que me impactó. Si queréis vivir hoy vuestro futuro, hay que leerla. 
   

lunes, 5 de mayo de 2014

ESTA MEDIANOCHE TENDREMOS MENOS TELEVISIÓN

Mañana la oferta televisiva menguará en nuestro país. Nueve canales dejarán de emitir, poco antes de medianoche, obligados por una sentencia del Tribunal Supremo que el gobierno ha decidido aplicar literalmente. La mayoría de ellos llevaban en marcha cuatro años y representaban el 7% de la audiencia y algo más de cien millones de facturación publicitaria, como recordaba Enric Lloveras en su artículo para el diario.es hace unos días.
Más allá de la acertada y aclaratoria descripción de lo hechos que realiza Lloveras, siempre me ha preocupado que el mango de la sartén donde se cuecen las normas del  espectro radioeléctrico lo tenga bien asido el gobierno de turno. Seguro que tiene que ser de esa manera, me dicen: lo mismo que la costa y el litoral  o el espacio aéreo o las nosecuentas millas marítimas pertenecen al Estado y las administra el gobierno legislando sobre esos espacios naturales, protegiéndolos o comprometiéndolos según el color político y la sensibilidad por lo medioambiental.
Pero en el caso de las televisiones el grado de implicación de nuestros gobiernos suele ser exagerado. En las públicas determinan su cierre, como el caso de canal 9 o la casi extinción como el de Telemadrid, ajustan sus presupuestos a sus intereses y privatizan a su conveniencia, como en TV3 con la gestión publicitaria de la cadena catalana.
A las privadas les insuflan aire cortando los ingresos de la publicicidad de la cadena estatal, facilitan sus fusiones y crecimientos con nuevos canales para luego quitárselos de un plumazo. A lo mejor es que se habían dado cuenta de que el duopolio privado de Mediaset y Atresmedia estaba tomando una dimensión peligrosa...
El hecho es que las licencias que otorga el gobierno, según la última ley de lo audiovisual de 2010, tienen una duración de quince años. Es cierto que se renuevan automáticamente, pero la ley contempla supuestos en que esa renovación pudiera no ser tan instantánea.
Que las teles dependan de la legislación del gobierno, de entrada, ya me gusta poco. Prefiero lo tradicional: el periódico de fulanito, incluso aunque éste sea de un fondo de inversión o se maneje con intereses inconfesables.  Por descontado, prefiero a cualquiera de los diarios que están en el otro espectro: el de Internet. Al menos no dependen de la licencia  de los políticos que nos gobiernan.
A todas estas quien puede acabar pagando esa regulación televisiva somos todos los ciudadanos. Los grupos afectados por el cierre de estos nueve canales parece que van a demandar al Estado, o sea al erario, quiere decir que la indemnización saldrá de nuestros impuestos, como sale de los de los valencianos el cierre de su canal autonómico o del bolsillo de los madrileños las indemnizaciones de Telemadrid.
A partir de esta noche el siete por ciento de la audiencia se acomodará en otros canales televisivos y no sé si realmente nos sentiremos menos libres y tendremos menos pluralidad informativa, pero sí intuyo que vamos a ser un poco más pobres.