lunes, 7 de junio de 2010

demagogia

Será demagogia quizás, pero la máxima en comunicación de que mil muertos a 10.000 kilómetros de nuestro mundo cotidiano equivalen a uno en nuestras narices , o que la historia de miles de negros interesa menos que la de un par de blancos triunfadores, cobra cada vez más realidad en nuestro mundo occidental. La distancia , la cultura, la pobreza y la marginación nos alejan de la realidad de este planeta en el que vivimos. Siempre ha sido así.
Y, sin embargo, ahora que nuestro mundo civilizado ha avanzado hacia el caos económico y social, ahora que se ponen en tela de juicio los principios del mundo moderno , ahora que las petroleras acabarán arrasando el mar y la humanidad civilizada se empeña en defender violentamente las fronteras artificiales , todavía será más acusada la desinformación global.
Centenares de niños muertos en Nigeria por la contaminación de plomo en las aldeas aledañas a una explotación minera de oro son un breve en los diarios o en las televisiones. La tendencia bursatil de Wall Street , la corrupción política , la caída del euro o los exámenes económicos del FMI derrochan decenas de páginas y comentarios.
Me temo que llega la hora de olvidar los conflictos olvidados. Es tal el desconcierto que se vive día a día y es tal la situación de mal gobierno que han producido los líderes de occidente en lo económico, político y social y afecta tanto a la población en general , que será difícil mirar a largo plazo y más allá de nuestro horizonte cotidiano. No habrá recursos para destinar a aquellos que son un "breve" en el diario.
La mezquindad y la avaricia nos van a condenar a defender prioridades de lujo en nuestra proximidad frente a las necesidades más elementales de los marginados . El o,7 del PIB, cuando éste decrece, es más miseria para la mayoría de la humanidad.
Pero, también, ahora más que nunca los medios de comunicación podrían jugar un papel decisivo de concienzación a los ciudadanos y de control al poder. Deberían empezar por evitar el seguidismo informativo de los políticos , eliminar los zafios programas televisivos de ricos estúpidos y de millonarios venidos a menos que exhiben lujosas mansiones , deberían censurar sin piedad a los especuladores y ahondar en los valores de solidaridad y comprensión de los más desfavorecidos...
Es un papel que le corresponde a los medios. Es una responsabilidad de éstos acercarnos a la realidad de nuestro mundo e intentar escapar de la espiral en que los dirigentes pretenden envolvernos .
Soy consciente de que, lo que hoy escribo , es demagogia barata. Tan barata como la indemnización para los 25.000 muertos por la tragedia del Bhopal en la India que han fallado unos jueces que deben estar contaminados.

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