jueves, 19 de diciembre de 2013

SÉ DESDE DÓNDE ESTÁS PIRATEANDO

Es difícil evaluar cuantas descargas piratas de libros se están efectuando en la actualidad. La Federación del Gremio de Editores Españoles cifra de 250 a 300 millones de euros las descargas gratuitas ilegales (el 15% de la facturación de la industria editorial)  lo que representa  aproximandamente 15 millones de ejemplares anuales.
Es cierto que en el mismo momento del lanzamiento de una novedad editorial el ejemplar está disponible en las páginas  piratas de la red, pero desconozco cómo el Gremio hace ese cálculo.
Tampoco sé cómo está funcionando la nueva ley antipiratería en España aunque imagino, por estos datos,  que bastante mal  o por lo menos con muy poca eficacia.
Lo que si se conoce es donde están instalados los servidores de estas webs de descargas ilegales. En mi caso, con solo dos novelas publicadas, se que estoy en 54 de ellas y que se distribuyen con la siguiente dispersión geográfica : Holanda (32), EEUU (12), Alemania (2) Francia (2) Gran Bretaña(6).
Algunos dicen que lo importante es que lean tu libro aunque sea en una edición pirata. Otros  que conocen las penurias de la industria editorial me comentan, espero que en broma, que solo eres un autor de éxito si eres pirateado.
La verdad es que se podría hacer un ranking de autores en función del número de  sites que alojan webs piratas con su libros y que tienen "el honor" de aparecer con el lema "descárgatelo gratis". He de confesar que yo, con solo  54, estaría en la mitad hacia abajo del hit parade. Un autor consagradamente pirateado aparece en webs que se alojan en no menos de 200 sites o servidores por todo el mundo.
Acabemos con las listas de ventas de las librerías: se han quedado desfasadas. Habría que implementarlas con las de las descargas piratas porque de lo contrario resultan engañosas.

Cuando se cierra una web de descargas gratuitas se abre otra en otra parte del mundo o en otro piso del edificio.
Otros me dicen que si el precio del libro fuera razonablemente más bajo se acabaría con la práctica de piratearlo. Yo puse mi primera novela, Tienes que Contarlo, a 2,68 euros en las librerías digitales. Ese PVP lleva incorporado un 21% de IVA y un trabajo de edición, conversión a epub y distribución que me deja un margen de 43 céntimos por ejemplar vendido. Cada tres libros vendidos me da para tomarme un café. El siguiente, haciendo de conejillo de indias, la editorial lo puso a poco más de 6 euros y el resultado es que ambos están en el mismo ranking de pirateo.
 Quizá también si los libros no fueran pirateados las editoriales podrían ajustar más los precios. Según el Gremio tendrían hasta 300 millones de euros para hacerlo.
 Lo que está claro es que si ese modelo sigue proliferando y cosechando éxitos es porque hay cada vez más gente en España que lo utiliza. Combatir eso solo es factible con un cambio de mentalidad y esos cambios solo llegan con una mejora en todos los ámbitos de la educación. Las leyes no sirven para cambiar las conciencias.
Aviso a los piratas y navegantes de la red: el próximo lunes 23 mi novela No es lo que parece estará en las librerías digitales a 1,49 euros. A lo mejor ya no vale la pena descargarse el archivo en Holanda.









lunes, 16 de diciembre de 2013

CUENTO DE NAVIDAD DE 2020

Este cuento lo escribí el año pasado por estas fechas y para el 2017, pero se me ocurre que puede valer para el 2020. Donde pone la fecha del referendum de 2014 puede sustituirse por la actúal fecha prevista por los partidos nacionalistas catalanes. Lo demás vale, me vale.

La Navidad de 2017 resultó especial:
Fue la  primera Navidad en la que"El Gordo" de la lotería tocó integramente en Catalunya. Claro que fue fácil que eso sucediera: Era la primera vez que La Generalitat organizaba el sorteo para el Estado catalán. Los premios eran sensiblemente inferiores a los del Estado español, pues solo jugábamos los catalanes y éramos escasamente el quince por ciento de los españoles, con lo que la recaudación era mucho más floja. Las televisiones y diarios españoles, que aún subsistían,  lo resaltaban en sus reportajes con cierta sorna: "Los empleados del hospital madrileño, privatizado, del Gregorio Marañón han obtenido 600.000 euros por décimo, mientras que los del Hospital Clínico catalán , también privatizado, solo han ganado 100.000 euros." Parecía que la suerte estaba más dotada en el  Estado español y mejor repartida en el catalán, porque, eso sí, la recaudación de las Loterías de la Generalitat se quedaba integramente en las arcas catalanas.
El tránsito hacia la independencia, desde el referendum del 14 de setiembre de 2014, había resultado harto difícil. Las sucesivas impugnaciones  de la consulta por parte de los órganos estatales españoles, las presiones del gobierno de Rajoy, primero, y de Aznar después, ante la Comunidad Europea, habían hecho mella en españoles y catalanes que finalmente habían pactado un divorcio de conveniencia más o menos amistoso. Un resultado,  en la consulta, del 58% a favor de la independencia tampoco daba para muchas alharacas.  Eso, unido a que el gobierno de España había aprobado una ley fiscal por la que un catalán podía empadronarse en cualquier lugar de España si residía en periodos discontinuos por más de treinta días fuera de Catalunya, había generado que muchos catalanes, usuarios del AVE español, acabaran pagando sus impuestos en  España, ahorrándose hasta un 7% sobre las tasas catalanas.
Las guerras internas en el partido de Convergencia i Unió, que había sucumbido a las pretensiones independentistas de Esquerra Republicana, habían forzado en España al Partido Popular a presentar en las elecciones de 2015 a José María Aznar, un candidato que, tras la mejora de la economía española, sería mucho más pragmático, duro y españolista que un Mariano Rajoy que llegaba al final de la legislatura "con los deberes hechos", como solía repetir, pero muy desgastado por sus sucesivos incumplimientos y bandazos.
Era una Navidad especial, también, porque los dos diarios que quedaban en Catalunya, el centenario y de siempre, y el independentista, que apenas llevaba siete años en los kioscos, estaban de acuerdo en la defensa a ultranza del Estado catalán y su integración de pleno derecho en la Unión Europea. No había contestación ni oposición mediática, solo matices y gradación de los tiempos y las formas. La pluralidad informativa había desaparecido en buena parte en Catalunya , pero también en España. El cierre de una cincuentena de diarios, la desaparición de las televisiones autonómicas españolas, la entrada de los bancos y de la Iglesia en muchos de los medios de comunicación españoles habían consolidado un panorama de dos bandos: Los que estaban alineados con las tesis gubernamentales y las defendían a ultranza y con recursos económicos suficientes, y los francotiradores que luchaban con medios escasos y  creativos, pero divididos.
El paro descendía, proporcionalemente,  más en España que en Catalunya. El gobierno de la República de Catalunya explicaba que había que seguir haciendo recortes en un momento crítico en que la independencia requería sobreesfuerzos a cambio de un futuro en libertad  y sin intervencionismos externos. Algunos catalanes no querían esperar y se apuntaban al carro de España. Trabajaban y vivían  aquí, pero pagaban allí.
Aquella Navidad de 2017 me descargué varios libros de Amazon, entré en la web de Iberia S.A. "Líneas aéreas de España" y busqué alguna oferta para descansar unos días fuera de Catalunya. Resultaba algo más barato volar  desde Barcelona  a alguna ciudad europea que no fuera española, pero tuve la duda: necesitaba cuatro días más de estancia en España para poder pagar mis impuestos allí, fuera de Catalunya.


Nombra tu enlace

miércoles, 4 de diciembre de 2013

DIVISIÓN EN EL FRENTE DE LOS PERIÓDICOS

La Asamblea de la AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles), celebrada estos días, ha puesto de relieve la división del lobby editor en el frente común que los periódicos españoles deberían mantener frente a los graves problemas que les acucian: las ventas de los diarios impresos caen cada año, la publicidad está menguando todavía sin atisbar los límites de la recuperación y las ediciones digitales no consiguen compensar la desaparición de los ingresos del papel.
El ejercicio, más que de transparencia, de desnudez que han hecho directores y editores en la citada asamblea ha dejado planteamientos discrepantes sobre cómo abordar una crisis, la de la prensa, que lleva camino de convertirse en un crack irreparable.
Más allá de la crítica de Pedro J. Ramirez a la institución de la AEDE por su incapacidad o ineficiencia para establecer un marco de ayudas con el gobierno y de la respuesta del presidente de AEDE que no quiere oír hablar de ellas, sino mas bien de un marco jurídico-legal en el que los diarios se sientan confortables frente a los GOOGLE y a los ataques a la propiedad intelectual en general, más allá de eso surgieron temas de debate que, desde mi punto de vista, si no son consensuados difícilmente se puede establecer una hoja de ruta que sortee el final de la prensa escrita.
Antes de abordarlos quizá deberían editores y directores hacerse una autocrítica que no he sabido encontrar en ese debate asambleario: Los diarios impresos son mucho peores que hace diez o quince años. No solo tienen menos páginas impresas sino que éstas son, en general, de peor calidad para mantener a los lectores o atraer  a otros futuros. Los contenidos periodísticos son más imprecisos, están peor editados y eso ha llevado a que la profesión periodística acabe por perder credibilidad. Si además el precio que pagamos por un diario impreso es un 30% más caro que hace tan solo cinco años, entenderemos porque se hace prescindible para muchos la lectura de los diarios impresos.
Hablando con un importante editor de diarios, que corroboraba este análisis, me decía que más que el daño que pueda haber hecho Internet a los impresos, es la incapacidad que los diarios tienen de incorporar a los jóvenes a su lectura: "no les interesamos nada, somos incapaces de conectar con ellos". ¿Será que los lectores se han vuelto más exigentes y los editores han estado más laxos en hacer preservar la calidad de los contenidos? En ello, no cabe duda, está influyendo la reducción drástica de las redacciones por los sucesivos despidos, la falta de recursos para la investigación  periodística y la consiguiente desmotivación de los periodistas, unida muchas veces a la falta de formación continuada necesaria.
Pues bien, solo después de esta reflexión tiene sentido hablar de lo que allí se dijo:
LA MARCA: la marca parece la panacea de la sostenibiliad y credibilidad de un diario. Y eso es cierto, pero ante la tremenda oferta informativa y los vacíos de contenidos que se observan en algunas grandes cabeceras de diarios se está consiguiendo desgastar la marca hasta el punto  que podría resultar una rémora en lugar de una ventaja. El distintivo y la bandera de enganche de un diario, como de cualquier otro producto, ya no es su lema sino su mejora continuada, en este caso en la información.
LA INDEPENDENCIA:es algo que los lectores ya cuestionan permanentemente en los periódicos. Los cambios surgidos en el esquema mental de los ciudadanos como consecuencia de la actuación de los poderes políticos y económicos en esta crisis, nos hacen ser más críticos y desconfiados, también con nuestros diarios de cabecera que pensamos están sometidos a los poderes en lugar de ejercer de contra -poder. Quizá la falta de rentabilidad y el endeudamiento de algunos periódicos tienen que ver con esa supuesta connivencia con los intereses de los poderosos, ya sean políticos, banqueros o anunciantes.
LAS AYUDAS AL SECTOR: No ha sido capaz la AEDE, como decía al principio, de conseguir un marco de ayudas similar al que funciona en otros países europeos. En algunos de ellos como en Francia , Austria o Finlandia por poner algunos ejemplos, las ayudas a los periódicos son controladas por los parlamentos sin partidismo y con luz y taquígrafos. Aquí en España se ha preferido por parte de algunos diarios recibir ayudas y subvenciones discriminadas en función del gobierno autonómico de turno.
Otros medios como las televisiones privadas, a través de UTECA, consiguieron por real decreto eliminar de un plumazo la publicidad en la televisión pública estatal.
Creo que un marco de ayudas que contemple planes de formación, ayudas en inversiones tecnológicas, créditos blandos y convenios serios de fomento de la lectura de los diarios debería ser un objetivo  que la AEDE debería plantearse con la unión de todos los editores.
De todas formas el ejercicio de desnudez y en algún caso, con excepciones, de incuria de directores y editores que se vio en la asamblea debería corregirse. No es que deban unirse porque sí, sino porque deberían sentir que los periódicos son necesarios y no deben morir. Para ello bastaría con que entendieran todos que la marca y la independencia se han de llenar de contenidos de calidad, de buenos contenidos periodísticos.