domingo, 28 de agosto de 2011

DESPIDIENDO A IRENE (3)

El Huracán Irene pasó por Manhattan exhausto y debilitado. Se cebó en la costa arrancando árboles, levantando tejados e inundando calles y sótanos. Lamentablemente también se cobró unas cuantas vidas a su paso.
Pero Irene respetó la ciudad de Nueva York, la acarició con suavidad con vientos moderados y lluvias torrenciales solo a primera hora cuando todos dormíamos para que no nos enteráramos.
Los meteorólogos norteamericanos, con las ajustadas previsiones que les caracterizan, quizás exageraron los efectos en la Gran Manzana. No hubo cortes de luz ni de agua en el centro de Manhattan, como casi siempre el huracán prefirió causar los daños en otros barrios neoyorquinos y en la costa.
La expectación por su llegada hizo que las televisiones emitieran información ininterrupidamente y que el alcalde Bloomberg se prodigara en medidas extraordinarias que acabaron por cerrar una ciudad que se caracteriza por el non stop en todos sus servicios y actividades.
Todos los que estábamos aquí nos contagiamos de la tensión que se vivía horas antes de su llegada y de la, aforunadamente, decepción de su escasa repercusión cuando nos salió al encuentro y partió como una exhalación en pocas horas.
Casi todo se ha exagerado, menos las medidas que el alcalde de NYC tomó: Irene avisaba que vendría con ganas de dar batalla y había que estar preparado por si acaso cumplía su amenaza.
Al fin y al cabo, Irene es como algunas de las personas y situaciones que entran en nuestras vidas: Lo hacen con fuerza y parece  que nos dejarán huella para siempre pero cuando desaparecen nos damos cuenta de que no era para tanto.
!Hasta nunca Irene!

sábado, 27 de agosto de 2011

ESPERANDO A IRENE (2)

Estoy en Nueva York esperando al huracán Irene que ya se ha cobrado ocho vidas en su trayecto devastador que, en EEUU, se ha iniciado en las Bahamas. Las autoridades han tomado medidas excepcionales para que a su paso por el estado de Nueva York cause los menos daños humanos y materiales posibles. Siguiendo al alcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, en sus ruedas de prensa informativas que ha dado continuamente a lo largo del día, he descubierto a un personaje que da la impresión de trabajar para la ciudad con espíritu de servicio desinteresado: ha adopatdo medidas excepcionales, como la evacuación obligatoria, que algunos creen excesiva, y está implorando, en inglés y en español, que aquellos que están en zonas de peligro acudan a los refugios que han sido habilitados.
Los consejos de Bloomberg son prácticos y sencillos, no se anda con remilgos y, sobre todo, no hace alarde de lo bien que lo están haciendo: parece que este político no necesita que le "doren la píldora". No me imagino en España que alguien como Bloomberg que cierra todos los puentes de la ciudad,el metro, los autobuses,los museos, epectáculos, crea decenas de refugios, obliga a evacuar a los ciudadanos  y nos dice que no durmamos cerca de las ventanas, no sea criticado por sus contrarios.
Bloomberg responde a los periodistas con un "yes , sir" (¿Sí,señor?). Sus ruedas de prensa admiten preguntas (of course)y entiende que contestarles adecuadamente responde a una obligación que tiene como servidor público.
No. No veo muchos políticos de la talla de este Bloomberg en nuestro país.
Cuando acabe de pasar Irene se sabrá si exageró en las medidas que adoptó o si, por el contrario, las que tomó salvaron vidas y cuantiosos daños materiales, pero pase lo que pase estoy convencido que nadie le criticará porque hizo lo que debía hacer.
Ojalá, en otros temas como los económicos, que están causando tanta penuria y destrucción de empleo , se hubiesen adoptado medidas drásticas contra el huracán  de la especulación y los productos financieros de artificio que ha arrasado con la calidad de vida de los ciudadanos.
Y también hubiese sido importante que los periodistas que ahora se exponen a la climatología de Irene comentando en la calle y en directo el avance devastador del viento y la lluvia, hubiesen sido capaces de poner al descubierto las malas artes de Wall Street. Un Wall Street que ahora ha sido desalojado porque Irene lo va a inundar de agua y zarandear con vientos de más de 60 millas por hora.



viernes, 26 de agosto de 2011

ESPERANDO A IRENE (I)

Me llama una amiga periodista para pedirme opinión sobre el acuerdo entre PP y PSOE para limitar el déficit presupuestario al 0,4 del PIB. Me pilla en Nueva York siguiendo, es imposible sustraerse a ello, la rueda de prensa del alcalde Bloomberg, que dan todas las televisiones, anunciando la declaración del estado de emergencia para la ciudad por la llegada del huracán Irene con vientos que se preven de hasta 140 kms por hora. El alcalde dice que hay que apartarse de las ventanas desde las 9 P.M .del sábado hasta las 9 P .M. del domingo, que el metro y los autobuses no funcionarán desde mañana al mediodía, que se han parado todas las obras de la ciudad, que se tenga el móvil cargado y se utilice solo para llamadas de emergencia, que se compre agua por si se corta la del grifo, que se tengan linternas preparadas por si falla el suministro de luz, que se le pongan "etiquetas" a los animales domésticos por si se pierden, que nadie salga a la calle el domingo y que lo dediquen a leer o a dormir y, lo más fuerte, por primera vez en la historia, ha ordenado la evacuación "obligatoria" de alrededor de 250.000 habitantes desde las zonas costeras de Rockaway, Manhatan Beach hasta el sur de Brooklyn por donde se preve elevaciones del mar de algunos metros.
Aquí la mayoría de los canales están siguiendo al minuto a "Irene" que viene con fuerza 2 y pasará con fuerza 1 por nueva York. Muchas cadenas ofrecen las noticias en tono alarmista y casi de reality show: Sin ir más lejos ayer un periodista exhibía una ramita ,de no más de un metro, que había caído de un árbol como testimonio de lo que nos acecha y espera a los que estamos en la Gran Manzana.
Los americanos son grandes en todo. Hasta el momento todo es grande y exagerado, lo que no quiere decir, lo veremos, que lo que explican tenga las consecuencias devastadoras para Nueva York que dicen. Hace escasos días vivimos un terremoto con epicentro a varios centenares de kilometros de Nueva York. estaba paseando por el barrio de Chelsea y no me enteré, pero al parecer se dejó sentir en la ciudad: No hubo ningún daño ni personal ni en los edificios, pero las televisiones volvían a arder, aunque solo fuera para explicar que NO habría un tsunami en Nueva York.
Son tan grandes que están acuñando la frase que ponen en boca de las autoridades: "Estamos trabajando lo mejor posible para prepararnos para lo peor".
Total que me llama esta amiga periodista y me dice lo del límite del déficit y me despierta de mi letargo en el blog y me hace el favor de que me ponga a pensar en ello y que apague mi televisor huracanado que dentro de unas horas, dios no lo quiera, se lo llevará el viento.
Ah y sobre lo que pienso del déficit, cuando nuestra renta per capita ha caído en los últimos años, y el o,4% de 23000 euros año de cada español es poco más de lo que va a costar este jodido huracán a su paso por los EEUU, es que el llamado bienestar social que conocíamos se lo va a llevar el viento más rápido que Irene se tragará tejados y árboles. Eso pienso. Eso y que quizás en España se podría haber trabajado mejor para estar preparados ahora que viene lo peor.
Queda reinaugurado el blog.