viernes, 19 de marzo de 2010

CUATRO AÑOS DE ADN

El diario ADN del que fui fundador ha cumplido cuatro años. Ahora hace un año que me desvinculé del periódico.Nació con el apoyo y esfuerzo de los grupos de prensa regional y de Grupo Planeta. Si tengo que personalizar, Luis Colina , director general de Diario de Navarra fue el principal impulsor y animador de un reto dificil, pero ilusionante .
La crisis de 2008 cercenó sus expectativas. Los cerca de millon y medio de lectores eran insuficientes para que los anunciantes pudieran financiar el proyecto. Los socios regionales se desvincularon del proyecto y Planeta asumió sin excesiva convicción el arriesgado reto de la contiunuidad.
Hoy ADN , como la mayoría de diaríos. lucha por la supervivencia en un mercado muy restringido por la publicidad y con los costes bajo cero que le impide consolidar el modelo entre sus lectores.
Lo mejor del inicio de ADN fue su equipo. Periodistas jóvenes, pero muy solventes e implicados con el diario y que,con medios limitados, pretendieron ir más allá de las ruedas de prensa, las noticias de agencia y los convencionalismos de la información de los rotativos diarios.
Hoy, la crisis en ADN ha ido más allá de los recortes de tiradas , paginaciones y distribución y parece haberse instalado la rutina y el conformismo en el núcleo del diario. El ADN que leo en la actualidad ,la mayoría de las veces, destila poca creatividad y se limita al seguidismo de las agencias informativas de prensa.
Los periodistas son los mismos y más preparados , pero falta intención y orientación. No puede ser de otra manera.. Desde mi punto de vista ADN tiene la oportunidad , desde la humildad de sus recursos, para innovar y sorprender cada día al lector. Ese era su espíritu en 2006 , cuando nació, y ahora parece diluirse poco a poco.
En mi experiencia profesional entre los medios, siempre se me ha mostrado como determinante la figura del editor ,como impulsor del modelo y la línea editorial de un diario, y la del director como organizador de la redacción y sugeridor del tratamiento de la información en función de los intereses de los lectores más allá del poder político e incluso el de los compromisos de la propia empresa editora.
Todo ello, a pesar de parecer utópico y hasta imposible, cobra más relevancia hoy en día en medio de la crisis y con espacios de papel más constreñidos. Por ello cuando en ADN leo a su director ,en el cuarto aniversario , hablar del diseño del diario y de la vercidad de la información como puntales de modernidad, yo le hablaría de mayor compromiso con los lectores y sus intereses. Su redacción está preparada para ello y se volvería a ilusionar como en el pasado.
De lo contrario hasta el ADN puede perder su ADN.

1 comentario:

cristina dijo...

La relación entre el editor y el director, y la de éste con los redactores, se difuminan ahora. Sobre todo en medios como los periódicos gratuitos. Falta intención. Falta calidad y falta esfuerzo. Esfuerzo intelectual. La comodidad de no alejarse de la media, es decir, la medianía, ha convertido a la mayoría de los medios en un trámite.
Qué desperdicio de talento.
De todas formas, es ese punto el papel del director (directoras casi no hay) es esencial. No sólo su confianza en la redacción, sino cumplir con su función, o sea: dirigir el medio que tiene entre manos.
Claro, que para eso deberían responder(se) ¿hacia dónde?