viernes, 31 de julio de 2015

PANORAMA DE LOS MEDIOS EN OTOÑO


 

  Los periódicos nacionales llegan extenuados al verano. Las caídas de difusión de los medios impresos son alarmantes y harán más insostenibles, si cabe, a corto plazo la cuenta de resultados de las empresas periodísticas. La crisis de ventas alcanza a los deportivos y económicos en el mismo grado. Solo hay una pequeña tregua en la caída de los ingresos publicitarios que ya es el 30% de la facturación de hace diez años.
  Sin duda que el otoño mediático será duro para los medios tradicionales, aunque por el contrario veremos crecer los ingresos del duopolio televisivo hasta cifras record, seguiremos hablando cada mes de la, tan cacareada como exenta de rigor empresarial,  fusión de grupos periodísticos  (Vocento y Unidad Editorial).
  Acabará “muriendo” algún periódico económico. Lo hará lentamente: los diarios suelen mantenerse con respiración asistida largo tiempo, pero finalmente también mueren, a veces en manos de terceros que tienen “otros” intereses.
  En el cuarto de máquinas de los viejos buques periodísticos se trabaja a destajo para alimentar los motores digitales con la esperanza de que puedan en breve propulsar la pesada nave ¿Llegarán a tiempo o seguirán navegando a la deriva?
  Por el contrario nacerá un nuevo nativo digital, no muy ligero de carga, El Español de Pedro J Ramírez; continuará surcando los mares  sin problemas El Confidencial, que incluso tantea su valor económico con posibles inversores, y celebrará los tres años de vida eldiario.es de Ignacio Escolar con buena salud y  siendo el segundo diario nativo digital de nuestro país  con cinco millones de lectores y con un salto cualitativo y cuantitativo en medios  técnicos y humanos programado para el último cuatrimestre.
   Los “modelos económicos” para gestionar la información periodística son diferentes en todos los casos. La empresa periodística convencional sigue endeudada con los bancos y sometida a accionistas que tienen que ver más con el lobby financiero que con el sector  de la información y, junto con las televisiones, juegan en el mercado bursátil.
  Los nativos digitales operan con mayor trasparencia, se sabe quién está detrás de las empresas editoras. En el caso de eldiario.es son los periodistas los propietarios mayoritarios y “los socios” que lo sostienen lo hacen únicamente por que quieren que les llegue una información libre y sin compromisos con terceros, no buscan dividendos en la bolsa.
  Los viejos medios tienen mucho mayor poder económico que los nuevos medios, pero ese mismo poder les supone tal lastre de independencia que les puede llevar al hundimiento. Los nuevos medios tienen una carga ligera y son capaces de navegar con mayor velocidad al rumbo de los lectores.
  Por último algunos medios públicos cambiarán de gestores este otoño producto del cambio electoral producido en las elecciones autonómicas y municipales, y los gestores de RTVE se dejarán la piel por defender al gobierno del PP ante las elecciones generales que se avecinan. En Catalunya me temo que se orientarán hacia la “Independencia”, pero no precisamente  la de la información.
 
 

martes, 21 de julio de 2015

EL CONTROL POLÍTICO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN




 El panorama político que se ha configurado con las elecciones del 24M y las posteriores alianzas de gobiernos municipales y autonómicos con nuevos actores políticos en la sociedad española, debería también concretarse en nuevas reglas para gestionar los medios de comunicación públicos y establecer un nuevo trato con los privados.
  Los ciudadanos nos gastamos algo más de 2.000 millones de euros en subvencionar a las televisiones y radios públicas (incluida RTVE) y el gobierno  de la nación destina 170 millones a publicidad institucional y comercialsmo político de algunos medios privados es osy adem a los medios. Los diferentes ayuntamientos y comunidades aut. Los diferentes ayuntamientos y comunidades autónomas, a su vez, gastan por este concepto en torno a 50 millones y además otorgan diferentes subvenciones a los medios privados de comunicación sin criterios objetivos.
  El clientelismo político de algunos medios privados es proporcional a la cantidad  económica que el erario les inyecta y el sometimiento ideológico de los medios públicos al gobierno de la nación, a los gobiernos autonómicos y a los municipales alcanzan límites insostenibles.
  La publicidad y las subvenciones se reparten entre los medios privados sin objetividad y transparencia, y los medios públicos están sometidos al dictado de los gobernantes en cada plaza.
  El nuevo panorama político ofrece una oportunidad magnífica para erradicar las prácticas de oscurantismo y manipulación mediática. La nueva política no debe controlar la información y debe permitir que los profesionales del periodismo la ejerzan con libertad apoyando a sus empresas periodísticas con objetividad y transparencia.
  Que diarios como La Razón o ABC, por poner dos ejemplos, sean “premiados” en las campañas publicitarias y subvenciones del poder político, frente a otros medios con mayor audiencia, tiene que acabarse. No soy tan iluso para desconocer que las grandes empresas y entidades financieras seguirán haciéndolo buscando réditos informativos, pero el dinero que es de todos debe emplearse de una manera ecuánime y eficaz.
  Hay muchos países europeos que tienen establecidas ayudas a la prensa como garantía de la pluralidad informativa y a la libertad de expresión, pero estas ayudas son transparentes y controladas por los parlamentos con criterios objetivos y, por descontado, la distribución de los ingresos publicitarios está siempre en relación con la audiencia de los medios y no con su complacencia con el poder.
  La nueva política con los medios, la actual y la que está por venir ante el previsible cambio político, ha de basarse en criterios objetivables. No debe ser clientelista y sectaria porque el periodismo no lo es, o no lo debería ser si quiere recuperar su papel de contrapoder y de credibilidad ante los ciudadanos.
   Cuando se oyen algunas voces de los “nuevos políticos” en relación a que los medios de comunicación deberían estar bajo control, yo les sugeriría que matizaran que no se refieren a los actuales conceptos de dominio, mando o dirección política. No vaya a ser que nos quedemos como estamos.