(Primera vez, creo, que no escribo sobre medios de comunicación)
Si en algún
momento la máxima de la redistribución de la riqueza tiene sentido es ahora en
el que tenemos que parar el virus que está matando a miles de personas en
nuestro país. Las medidas de protección social y laboral decretadas por el
gobierno, que tienen un impacto económico tremendo, las vamos a pagar entre
todos, de nuestro bolsillo. Ya sé que suena obvio, pero es que cuando se
reclama justamente la ayuda del gobierno a los más desprotegidos, a los
centenares de miles que estarán en los ERTE, a los que perderán su trabajo o a
los que no podrán pagar sus alquileres, quienes vamos a apechugar con esa
factura somos los ciudadanos de a pié con nuestros impuestos. Y no lo haremos
de forma igualitaria, como siempre. Los asalariados, los autónomos y los
pequeños empresarios, que no tienen la capacidad de las grandes empresas
transnacionales, los fondos de inversión o los
que eluden al fisco en paraísos fiscales, contribuirán en mayor medida a
pagar las consecuencias de esta pandemia.
Esto lo
paramos unidos, sí, pero de forma desigual entre todos. Cuando Europa es incapaz de reaccionar con rapidez de forma
solidaria para atajar la crisis económica a la que nos arrastra la sanitaria es
porque solo mira hacia los conceptos macroeconómicos, a no perder un paso en la
carrera de la competencia y el crecimiento frente al resto del mundo. Lo mismo
le pasa al BCE que tiene que mantener a raya la inflación para que el euro sea
fuerte frente al dólar. Todo está montado sobre niveles financieros que hace imposible que se atienda con
urgencia el problema a pie de calle. Solo cuando los bancos arrastraban una
crisis que les llevaba a la bancarrota tuvimos que dedicar los esfuerzos de
todos los ciudadanos para salvarlos y todavía seguimos pagando esa deuda..
El Gobierno
impone y administra nuestros impuestos, decide si los invierte en mejor
sanidad, en defensa, ciencia o en cultura. Si no le reclama a los que más
pueden contribuir y lo hace solo a los asalariados descompensa la balanza de la
justicia social, pero si lo que recauda no lo dedica a lo prioritario, como
vemos con los recortes que se hicieron en los últimos años en sanidad, estará
defraudando a los ciudadanos.
Tenemos que
dar gracias por tener un gobierno sensible a lo social, aunque esté limitado en
su acción por los escasos recursos y por la falta de apoyo de Europa. Seguro
que hará todos los esfuerzos, lo está haciendo ya, para sacarnos lo mejor
parados de esta. Cuando oigo las críticas del PP de Casado o el anuncio de las
querellas criminales de VOX pienso en cómo estaríamos con ellos al frente de
esta crisis sin precedentes, pero me preocupa también que el Gobierno y alguna
Comunidad Autónoma abran cuentas de solidaridad para hacer frente al
coronavirus, mientras alguna como Madrid anuncia una bajada de impuestos
espectacular.
No hay duda
de que esto lo vamos a parar y a pagar juntos, pero no tan unidos como se
repite insistentemente, para ello sería necesario que se
unieran los que más tienen y menos pagan.
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