Antonio
Contreras en su libro “Palabras sabias a oídos sordos” (Rocaeditorial), ha puesto
la atención de sus silentes oídos a las voces de algunos de los
periodistas más importantes de nuestro país.
Los periodistas son posiblemente los
personajes más difíciles de entrevistar.
No es fácil que acepten someterse a los métodos implacables que utilizan
con terceros para conseguir sacarles la verdad o las verdades.
Suelen, los
periodistas, sentirse incómodos en el diván de las respuestas. Suelen también alegar
que ellos no deben ser protagonistas de
la realidad, basta con que la cuenten.
Sostienen,
pues, que no debería ser objeto noticiable
su vida y sus historias, pero quizá si hablamos
de Ana Pastor, Jordi Évole, Antonio García Farreras, El gran Wyoming e Iñaki Gabilondo, encontremos más que razonable
conocer qué les mueve a intentar transformar la sociedad a través de la
práctica de un periodismo comprometido.
La habilidad del joven Contreras (tiene 21 años) para entrar en las
íntimas convicciones de estos grandes comunicadores ha consistido en entrevistarlos
a fondo con una buena carga de humor y hasta de ironía.
A algunos los conoce de “andar por casa”,
pues Antonio es hijo del directivo de la Sexta, José Miguel Contreras, pero eso
lejos de facilitarle hurgar en el interior de los entrevistados le ha valido
alguna regañina cariñosa, por ejemplo de
Ana Pastor, que se nota que le quiere. En seguida Antonio, busca zafarse de los
mimos paternalistas para ir a su objetivo: conocer mejor a quien está ejerciendo
de contrapoder en nombre de los ciudadanos.
De
contrapoder, de la incapacidad de autocrítica de los medios y de la falta de
independencia versa el brillante prólogo de Fran Llorente, que explica como el
periodismo se ha alejado de los ciudadanos para residir en los palacios. Habla de recuperar la fórmula de vivir en la calle y con la calle como manera
de reconquistar la confianza de la gente en los periodistas.
No descubriré
anécdotas de los entrevistados ni confesiones que configuran la personalidad de
cada uno de ellos. Antonio Contreras ha querido contrastar lo que le han
contado con familiares y amigos de los periodistas. Todos los “cotilleos” están
justificados para el guión de este libro: Acercarnos a cinco grandes
comunicadores, conocer sus intereses y debilidades, sus derrotas periodísticas
y sus aspiraciones.
Baste solo
una fórmula magistral de Iñaki Gabilondo cuando habla de encontrar “balizas de
referencia” ante tanta información como
nos llega: “La única manera es la solvencia porque la solvencia es la credibilidad
y ésta última se compone de la decencia más el tiempo”.
Supe del
libro de Antonio Contreras cuando era solo un proyecto en la cabeza de su autor
y de su editora Teresa Peyrí, que le animó a concebirlo. Una tarde de otoño
tomando un café con Teresa y Blanca Rosa Roca me invitaron a que le buscáramos un título. Antonio es sordo
“las veinticuatro horas del día”, “tengo escoliosis y problemas motores leves”,
dice. Miles de sueños y delirios llenan las
carpetas de su escritorio mientras que las de los proyectos realizados están repletas
de telarañas, según cuenta. Con este libro no solo ha conseguido acabar con las telarañas de esas
carpetas, sino que las ha llenado de palabras sabias. Gracias, Antonio, por
compartirlas.
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