jueves, 29 de diciembre de 2011

LA OPACA TRANSPARENCIA

Todos los medios de comunicación recogen la declaración del destino de los ingresos de la Casa Real española como un ejercicio de transparencia al que se ha visto obligado el Rey de España, tras el Caso Babel por el que su yerno Urdangarín acaba de ser imputado por presunta corrupción.
Analizando el comunicado Real surgen más sombras que luces. Aparte de los detalles indetallados de algunas partidas, la conclusión es que el Rey tiene la potestad para distribuir a su criterio y antojo la cantidad de 8,4 millones que le aportamos entre todos los españoles. La verdadera transparencia pasaría por enumerar y cuantificar el patrimonio de la familia real. Nadie sabe, a fuer de desmentidos pasados, si tras las sucesivas herencias de Alfonso XIII o de Juan de Borbón,  los bienes del Rey ascienden a más de 1.700 millones de euros, como publicó la revista británica EuroBusines hace unos años, o a solo 100 millones pues en la primera cantidad parece que se agregaron bienes del patrimonio nacional. Nadie sabe nada exactamente, ni siquiera, a lo peor, la Hacienda Pública española.
Si tienes un patrimonio de ese rango, imagino que tienes unas rentas muy superiores a las declaradas en el comunicado y por tanto, ese impulso hacia la transparencia se ha quedado en un ejercicio baldío que, tal y como van las cosas: salarios mínimos congelados, recortes varios y con Urdangarín declarando el día 7 de febrero, los medios de comunicación deberían incidir a fondo.
En Cataluña, otro ejercicio de transparencia sospechoso lo acaba de hacer el Conseller de economía Mas -Colell, que ha anunciado in extremis la obtención de un crédito del Banco de Sabadell para pagar las nóminas de Navidad de los funcionarios,advirtiendo que no tiene todavía los recursos para pagar las deudas de la Generalitat con sus proveedores. A mi ese ejercicio se me antoja una buena campaña de comunicación para advertir a los ciudadanos que estamos tan exiguos de recursos públicos que los recortes a diestro y siniestro son absolutamente necesarios. Es una especie de "Estén preparados para todo, que ya ven cómo vamos que no podemos pagar ni a los funcionarios a tiempo".
Es sospechoso que no se hubiese dado el crédito a tiempo y que la excusa sea que ahora el Banco Central Europeo ha liberado recursos que permiten tapar los agujeros.
Vamos que ante este tipo de ejercicios de interesada y opaca transparencia, los medios de comunicación deberían huir del seguidismo de los políticos e instituciones, porque ahora más que nunca hay que tenerlos bajo control, sobre todo cuando éstos anuncian veladamente que nos van a recortar nuestro ya disminuido estado de bienestar.

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