domingo, 7 de noviembre de 2010

LA ENTREVISTA A FELIPE GONZALEZ

Desde el momento en que leí el titular de El PAÍS resaltando  en negrita que Felipe Gonzalez pudo volar la cúpula de ETA, reunida en Francia,  y no lo hizo,  supe que de las 7 páginas de la entrevista de Millás eso sería lo que destacarían los medios y, por supuesto, la oposición política.
Justo al mediodía el Partido Popular ya le había señalado con la famosa X del GAL y la mayoría de las páginas webs  se hacían eco del portavoz del PP, si bien con un limitado espacio ya que la visita papal plagaba de fotos la red.
El resto de la entrevista, la verdad, es que me decepcionó un poco. No supe ver, o Millás y Felipe no supieron transmitirme, la humanidad de un personaje que tengo entre los grandes políticos de los últimos 30 años. Ni siquiera aparecieron los bonsáis que llegó a cuidar en la Moncloa, ni me enteré de cuales eran las habilidades manufactureras de nuestro expresidente que tanto le relajan entre viaje y viaje, aparte de la cocina de bistec y huevo frito.
Tampoco, al adentrarse en su vida familiar, ya que se prestó a ello en la entrevista, entendí como no apareció una sola mención a su exmujer Carmen Romero... Simplemente no existe en su recuerdo familiar.
Aunque hablaba del pasado concluí que su interés está en el presente, porque, seguramente, el tiempo atrás no le sirve para construir el futuro.  Él va por libre. Dice lo que quiere, pero, como la mayoría de los políticos del pasado, difícilmente podrán intervenir en arreglar un mundo que ha cambiado a una velocidad que poco tiene que ver con la tarea paciente de cuidar los bonsáis.
Los nuevos políticos, "los que parecen vendedores de electrodomésticos", que dice Kissinger, han conseguido erradicar el debate de los proyectos y de las ideas, se mueven en discursos  banales y cortoplacistas. No hay tiempo que perder.
Por eso en la entrevista observé un cierto desencanto de Felipe, un cierto desplazamiento, aunque esté en los foros más relevantes y en las atalayas con más vistas. Creo que al final los políticos en activo utilizan a los viejos rockeros para enviarlos de embajadores del debate en los foros que menos les interesan y así cumplir el expediente de las causas perdidas y los conflictos olvidados, pero latentes.
Nadie le preguntará a Felipe como arreglar la crisis económica, porque ya está anunciando la segunda crisis financiera. Nadie buscará en el recuerdo la prevención de lo que está por llegar.
Y estoy de acuerdo con el expresidente que cuando sale un político como Obama que vende proyecto y discurso es arrastrado por las corrientes demagógicas y simplistas, entre ellas las de algunos medios de comunicación.
En fin , no se que pensaría Millás de todo lo que digo, pero estoy convencido de que si en lugar de entrevistarle y jugar un papel secundario, hubiera explicado simplemente las fotos en blanco y negro y alguna en color que ilustraban el largo texto, como lo suele hacer de forma brillante, hubiera aportado más al debate del que estamos tan necesitados.
De todas maneras se agradece a EL PAÍS que nos haya liberado de tanto  Observatorio Romano y especial papal patrocinado como he tenido que recoger  esta mañana del kiosco.

1 comentario:

Enrique Arias Vega dijo...

Como siempre, tus reflexiones me hacen pensar. Gracias.