ABANDONAR LOS PERIODICOS

Es domingo. Me levanté temprano y fui a comprar varios periódicos. EL IPHONE ya me despachó un par de confidenciales con la noticia de que Rafa Nadal, el director de EL PERIODICO DE CATALUNYA, dejaba el diario. Le sustituiría Enric Hernandez, actual director adjunto de EL PAIS.

Leí EL PAIS y EL PERIODICO. No encontré la información en los dos diarios interesados. Entro en internet. La noticia se confirma.Me hago trampa yo mismo: Había hablado con Nadal el viernes pasado y ya me lo dio por hecho. Quería comprobar como las empresas editoras manejan estos cambios en sus direcciones. Como siempre. No existe la noticia. La darán en el momento oportuno. Un pié de foto con el relevo. La empresa editora agradeciendo los servicios de su exdirector y loando el futuro esperanzador que se abre para el diario con la nueva incorporación. Un poco de publicidad sobre la empresa y su liderazgo en los medios a pesar de la crisis...Eso es todo.

Sin embargo , el lector debe saber que un director marca su impronta. Orienta su redacción hacia una forma de hacer y explicar los temas. Establece prioridades para conectar con el lector a través de los contenidos. Decide portadas, opinadores y hasta las fotografías que vamos a leer y ver. Tiene , lógicamente, su ideología y su forma de pensar ante los política, la sociedad y la cultura. Y , si es buen periodista, como es el caso de Nadal, huye del sectarismo y del sensacionalismo para dar mejor cobertura informativa a un conjunto amplio de lectores.

A la empresa editora no parece afectarle su marcha y ,por tanto, el cambio que sufran sus lectores. Los confidenciales siempre emplean la palabra "prescindir". - "Grupo Zeta, editor de EL PERIODICO prescinde de su director Rafael Nadal". Pero no es cierto , más bien es lo contrario, Rafa prescinde de la empresa y se va voluntariamente.

Nadal deja la empresa aunque creo que ésta ya le había abandonado unos meses antes. Hacer periodismo de calidad cuando te suprimen lo esencial es harto complicado. Con un recorte del músculo informativo que cercenó las corresponsalías, el fichaje de colaboradores y hasta el desarrollo digital , sólo el entusiasmo inicial de Nadal , que consiguió formar piña de equipo con un ERE en su mochila , ha conseguido que el diario continuará siendo referencia en este país.
A Nadal le abandonó el editor y ahora él debe irse con la cabeza bien alta. Ha hecho más de lo que ha podido.

Sigo con los periódico e internet. Hay más gente que abandona la prensa aunque sea temporalmente. (Nadal también lo hará por poco tiempo en los medios). Resulta que cinco periodistas franceses se encierran 5 dias sin medios de comunicación con Facebook y Twitter. Quieren experimentar al cabo de esos días que grado de información sobre el mundo han obtenido sólo a través de las redes sociales. No está mal. Encerrarse con más de 400 millones de usuarios no es un retiro muy espiritual. En la próxima semana nos contarán que saben de este mundo . ¿se habrán perdido algo interesante?. ¿Nos contarán algo que nos hemos perdido los enfermos de la ccomunicación?.

En enero el consultor de relaciones públicas Adam Vicencini decidió vivir un año sin periódicos ni revistas . Sólo se informará por la red. Los primeros días está sufriendo "el mono" de ver a sus compatriotas ingleses hojear los impresos en el metro, las cafeterías, la oficina y él sin catarlos. Lo que cuenta en su post dará , seguro, para un libro y hasta un documental, quizás una película "El hombre que vivió sin periódicos". Para eso es un especialista en Marketing y RRPP.

En el fondo, la reflexión que me lleva hoy sobre los que por una razón u otra , desde un lado u otro, abandonan los diarios es que en el fondo los quieren. Les castigan y se castigan porque estas hojas abrazadas entre sí sin ni siquiera una cubierta que los dignifique como a los libros, les causa sinsabores y disgustos que les gustaría enderezar. Todos ellos volverán de una u otra manera para seguir siendo cariñosamente críticos con unos compañeros cotidianos que se van encogiendo y en algún caso extinguiendo lentamente.